Beberte como sustituto natural a mi vacío,
insaciable agujero negro en constante atracción
a lo oscuro, a lo preservado en el hielo,
y a mi deambular por fronteras
entre lo real y lo simbólico, columnas
que sostienen mi necesidad de soñar
y nombrar lo inefable.
Beberte como reacción al estatismo
que me consume hasta atomizarme,
beberte como respuesta definitiva,
beberte, amor, y después
hacerlo en el sofá, en la cama,
en la cocina y en el suelo.
Seguramente
es una forma de deseo egoísta, pero,
cuando las horas pasan y el cielo
hace temblar mi alma como una hoja,
eres tú quien hace retroceder lo oscuro
con la luz natural de tu sonrisa.
Por eso te bebo.
¿tienes sed?