Refugios

Todo parece tan horrible,
tan paralizante, que
escribir implica dejar
que entre el horror en mi casa
con su gélido aliento de muerte.
Quizás derribe los muros y las puertas,
parta los cristales en mil pedazos inconexos,
arranque los cables y levante las baldosas
hasta que sangre el cemento desnudo, pero,
quizás,
sólo quizás,
nunca encuentre esos lugares
donde guardo la esperanza
y la poca fe que me queda en el ser humano;
allí se abre mi vía de escape,
reposa mi sueño tranquilo,
la firme sensación de que
a pesar de los pesares
nos queda la palabra.

Son tiempos difíciles, pero

los pájaros siguen volando.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s