Suspendido sobre las flores
el colibrí azul detiene el tiempo
se nutre de él, de su memoria.
Es un instante que abre
una grieta de luz
en el centro de un universo oscuro,
ennegrecido por la angustia
y el silencio…
El colibrí azul no es consciente de su poder
tan solo es un grafiti en la pared blanca
que vuela porque sus alas
conectan con el niño que fui
y sus ganas de volar.