Frío que despojas
los brotes hasta desnudar la escarcha…
…Hasta hacerla carne, rumor de hielo,
canto de alambre y otoño,
crudo designio del marinero;
esa vibración infinita
-viva de silencios-
habita en tus dedos, en tu nada,
en la claridad oscura del manantial seco.
Tu pálido misterio alza
un eco que resuena con la luz de las alondras;
como la música que colma el alma y hace crecer
las negrillas entre la hojarasca furiosa.