La voz que te debo
sabe a lluvia y huele a tiempo,
a soledad una tarde de agosto,
a copa vacía, a perfil callado
y a hojarasca dormida.
Mis manos se hunden en la tierra
en busca de las raíces de este silencio,
que no entiende de nubes,
ni de desiertos.
La voz que te debo… La voz que te debo…
Es como tantas voces perdidas
en los charcos quebrados del recuerdo.
Es pasado. Es mentira. Es un sueño.