Ceniza…
¿y si al final no fueramos polvo
ni agua, ni fuego, ni aire…
…Sólo ceniza de lo que fuimos, los restos carbonizados de la historia?
A la lumbre de tus libros
enarbolo esta verdad definitiva:
Los ríos donde fluye nuestra realidad
se ahogaron en un mar de ceniza.
Y nadie lloró por ellas, nadie. Todos preferimos mirar a otro lado. Y los que gritamos de horror fuimos silenciados,
porque era más fácil matar al mensajero.