Escribir como se habla
que el lenguaje sea altavoz de
las calles que tanto amo,
de sus gentes y sus verdades,
de su vida plena y también
de su absurdo vacío,
la soledad de sus fronteras
y ese dolor innombrable
que supura en las heridas.
Escribir para que sientan
mis manos a su lado, ahora que
el mundo parece una distopía
donde los gritos
ahogan de silencio a la razón.