Hay libros
en los que te sientes en casa
pues son umbral y cobijo, lumbre,
lecho, alimento, morada.
Pero ninguno contiene el calor de tus abrazos,
ni la fuerza de tu palabra.
No hay historia, amor,
ni epopeya, no hay poema,
ni sesudo ensayo
capaz de describir
las líneas de tu frente,
ni la suavidad de tus manos.
Porque la palabra
desnuda
no es más que un cuerpo inerte
y tú corazón bombea tanta vida
a cada rato…
Es fácil decir te quiero, amor,
decir te amo como amo el mar
o las mañanas,
como amo el cielo y sus pájaros.
Pero nunca podrás imaginar cuánto.
Porque es imposible
condensar un océano
dentro de este pequeño vaso.