El sueño llegó entre penumbras,
justo cuando los gatos miran la noche
desde la frialdad de lo ajeno.
Globos blandos como gotas de lluvia
besaban las nubes de enero,
nubes blancas como cuartillas
perseguían la luna como quien persigue
el deseo.
El sueño llegó entre escaleras
paredes de un laberinto de cenizas
y silencio.
El pasado llamaba a la puerta en sombra.
El pasado llamaba.
Pero yo ya estaba muerto.