Fríos amaneceres
sobre pardos tejados.
Preguntas sin respuesta
en la taza de cafe.
Silencio. Silencio. Silencio.
Y una mueca así de triste
en la superficie del espejo.
Silencio, silencio y miedo a la muerte
Cuando las nubes se visten de fantasma,
encadenan mi mirada con sus dudas.
Silencio, miedo y angustia.
Mientras la lluvia cae sobre las calles…
Tu reflejo se encarna
frágil sobre los charcos.
Pero sólo escuchas el estruendo infinito
del silencio.
Silencio.
Silencio.
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