Cuando las palabras no bastan,
justo en ese instante fatídico,
en que los versos
se vuelven piedras cansadas al borde del camino y
la mirada pareciera
un oscuro mezcladís, que proyecta eclipses
sobre el futuro incierto… Ponte manos a la obra
porque el amor en ocasiones
también es esto:
soledad, dolor, angustia, desasosiego…
Las botellas llenas con la ceniza de los días
no son más que un reflejo opaco
de lo que no se nombra,
lo oculto en el desván.
Demasiadas heridas abiertas quizás
contra las aristas de una verdad poliédrica,
excesivas llagas ulceradas
contra su sombra magmática.
Pero la vida sabemos
también es esto:
miedo, dudas, decepciones, desiertos…
La razón es simple, casi obvia:
cuando el amor y la locura
se miran en el mismo espejo
uno tiene la certeza
de que ambos son verdaderos,
mientras que la poesía
no es más que una preciosa mentira,
un decorado envoltorio
para las verdades del presente.
Así que recuerda
cuando las palabras no bastan,
cuando los versos son como aviones de papel,
dirigiéndose contra el suelo,
solo pueden hablar los corazones.
Espero tu respuesta.
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